El jueves día 23 de mayo de 2019 en la Sala de Exposiciones Memorial Ángel Ayala de Madrid (c/Tutor 35) se inauguró la exposición de arte religioso vanguardista que permaneció abierta hasta el 19 de junio, y que se pudo visitar en horario ininterrumpido de 9:00 a 21:00 horas. 

La exposición pretende dar respuesta a una serie de preguntas que muchas personas amantes del arte y la cultura pueden hacerse: ¿existe hoy en día un arte religioso que responda a los mismos parámetros que definen el arte de vanguardia?. ¿Hay artistas contemporáneos que desarrollen temáticas parecidas a los que, a lo largo de la historia han plasmado y trasmitido los principales valores simbólicos del cristianismo?.

Es preciso aclarar que no hablamos de arte sacro, es decir arte para el culto, sino de la expresión de la experiencia religiosa de un artista en un lienzo o en una escultura. Una obra que perfectamente puede colgar en un salón de nuestra casa, sin perjuicio de que también pueda colocarse en un Templo.

Y, en efecto, encontramos una serie de artistas contemporáneos, que  expresan, mediante la abstracción más vanguardista, su intensa relación con Dios. Y, a su vez, trasmiten esa sensación al que intenta interpretar ese mensaje, permitiendo que el que mira la obra, entre también en conexión directa con Dios.  Como decía San Juan Pablo II, “El arte debe hacer perceptible – más aún, fascinante en lo posible – el mundo del espíritu, de lo invisible, de Dios”. Esta exposición es fascinante por cuanto permite una reflexión profunda de lo trascendente, en función del esfuerzo creativo, y sin duda inspirado, de estos artistas. A ello ayuda de una manera muy importante las cartelas que, junto al título y el nombre del artista, contienen un breve texto que explica la motivación y lo que artista quiere decir. Si bien, lo ideal es que el propio creador nos revele su estado de ánimo, su inspiración, sus sentimientos y la técnica que decidió para expresar esa relación con Dios a través de su obra.

La muestra está comisariada por la pintora María Tarruella Oriol, que ya dirigió la exposición “ARTE + FE. Cristianos en el Arte Contemporáneo”, en 2011 con motivo de la inolvidable Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. María ha seleccionado una serie de obras de artistas, españoles, como Alberto Guerrero, Josép Cárceles, Matoya Martínez Echevarría o Alejandro Mañas y extranjeros, como el liberiano Eugene Perry, la chilena Sarai Aser o el japonés Julie Quin, junto a otros muchos.

La luz que entra por los ventanales de la sala, el blanco de las paredes y la armoniosa disposición de las obras buscando el equilibrio cromático de las diferentes composiciones, hacen que el visitante se relaje ante las obras invadido por sensación de paz. El dialogo con cada una de las pinturas y esculturas intentando profundizar, tanto en lo que intenta trasmitir el autor, como en la propia interpretación, resulta fascinante.

Desde su fundación, el pasado año, el Instituto Karol Wojtyla-S. Juan Pablo II, se planteó estudiar y dar a conocer la obra y la figura de este gran Santo contemporáneo. No podíamos pasar por alto su interés por el mundo del arte que expresó, de una manera magistral, en su “Carta a los artistas”, fechada en 1999. En ella, San Juan Pablo dice que, “Para transmitir el mensaje que Cristo le ha confiado, la Iglesia tiene necesidad del arte”. Así ha sido a los largo del tiempo y otras cosa sería la historia del arte sin el constante mecenazgo de la Iglesia y la inspiración de los artistas.

Esta exposición demuestra que hay una continuidad desde el arte paleocristiano hasta nuestros días. Que también los artistas que se expresan mediante la abstracción, han encontrado un cauce adecuado para expresar su relación con Dios.

 

Pablo González-Pola de la Granja
Subdirector del Instituto
Karol Wojtyla-S. Juan Pablo II

Referencias en la Prensa